László Krasznahorkai, Nobel de Literatura: perfil, obra y claves

  • La Academia Sueca distingue a László Krasznahorkai por una obra visionaria que reafirma el poder del arte.
  • Figura central de la tradición centroeuropea, con estilo de frases largas, temas apocalípticos y mirada contemplativa.
  • Autor de Sátántangó, Melancolía de la resistencia o Herscht 07769; colaborador habitual de Béla Tarr.
  • Segundo húngaro en lograr el galardón, con gran implantación en España a través de Acantilado y traducciones de Adan Kovacsics.

Nobel de Literatura

La Academia Sueca ha comunicado en Estocolmo que el húngaro László Krasznahorkai, de 71 años, recibe el Nobel de Literatura por una trayectoria que, en medio de paisajes de derrumbe y amenaza, reivindica el poder transformador del arte. El premio, dotado con 11 millones de coronas suecas (unos 950.000 euros), reconoce a un narrador de enorme exigencia formal y alto impacto crítico.

Con este fallo, el escritor de Gyula se convierte en el segundo autor húngaro que alcanza el laurel (tras Imre Kertész, 2002). En España, su bibliografía está disponible en Acantilado con traducciones de Adan Kovacsics, y su nombre llevaba años en las quinielas. Su prosa, de cocción lenta y fraseo expansivo, contrasta con la aceleración del presente, pero encuentra eco entre lectores fieles.

Quién es y por qué ha sido elegido

Nacido en Gyula (1954) y formado en la Universidad Eötvös Loránd de Budapest, Krasznahorkai creció bajo el régimen comunista, un marco histórico que impregna su imaginario literario. Su obra retrata con lucidez el agotamiento moral de ciertos sistemas y la obstinación de individuos que resisten desde la periferia.

El comité del Nobel lo sitúa en la gran tradición centroeuropea que enlaza con Kafka o Thomas Bernhard, subrayando el absurdo y el exceso grotesco como señas de identidad. Al mismo tiempo, destaca una vertiente contemplativa y refinada que bebe de Oriente, fruto de sus estancias en China y Japón.

La Academia ha citado piezas como Una montaña al norte, un lago al sur, caminos al oeste, un río al este como antesala de Seiobo There Below (conocida en español como Seiobo está aquí), centrada en la belleza y la creación en tiempos de ceguera, y ha puesto el foco en Herscht 07769, que contrapone el malestar social de una localidad de Turingia con el legado de Johann Sebastian Bach.

Desde Fráncfort, el autor recibió la noticia con sorpresa y humildad, evocando la famosa reacción de Samuel Beckett para definir el impacto de un reconocimiento que calificó, con ironía serena, de “catástrofe feliz”. Aseguró que el galardón le impulsa a seguir escribiendo en húngaro y a defender la fantasía como herramienta vital.

El año pasado ya había recibido el Premio Formentor, cuyo presidente, Basilio Baltasar, ha subrayado que su obra representa una alta literatura exigente con el lector y prolonga una genealogía narrativa de ambición clásica.

Premio Nobel de Literatura

Temas, estilo y obras clave

La prosa de Krasznahorkai se reconoce por frases largas y sinuosas, una cadencia hipnótica y una mirada obstinada a lo apocalíptico. Esa escritura “sin prisa” desafía la lectura fragmentaria y propone una experiencia absorbente, de envolvente densidad emocional.

Su debut, Sátántangó (publicado en 1985), desplegó una estructura que imita los pasos del tango —seis hacia adelante y seis hacia atrás— y capítulos de un único párrafo. La novela, llevada al cine por Béla Tarr en una película de más de siete horas, retrata la descomposición de una comunidad rural.

En Melancolía de la resistencia, el autor levanta una alegoría sobre el autoritarismo y la masa manipulada, materia que inspiró la película Las armonías de Werckmeister. Susan Sontag lo consagró como un maestro del Apocalipsis, fórmula que sintetiza su potencia visionaria.

Otros títulos, como Guerra y guerra y El barón Wenckheim vuelve a casa, amplían su cartografía moral: del impulso de ocupar un “centro del mundo” a la comedia negra del regreso a la patria entre rumores, malentendidos y una expresividad “sin concesiones”, como destacó la crítica.

La vertiente oriental aparece en Una montaña al norte, un lago al sur, caminos al oeste, un río al este y en Seiobo está aquí (con estructura de sucesión de Fibonacci), donde explora la belleza, el rito y la creación artística en un mundo cegado por la prisa.

En Herscht 07769 cambia el escenario a la Alemania contemporánea: un pequeño pueblo afectado por anarquía social, crimen e incendios, en diálogo con el eco de Bach. Allí la violencia y la belleza forman una unión imposible que empuja su visión a nuevos límites.

László Krasznahorkai Nobel de Literatura

Vida nómada, cine y un idioma que lo sostiene

El escritor dejó la Hungría comunista en 1987 rumbo a Berlín Occidental gracias a una beca y, más tarde, pasó largas temporadas en Mongolia, China y Japón. Actualmente ha alternado residencia entre Trieste y Viena y legó su archivo literario a la Biblioteca Nacional de Austria.

Su alianza con Béla Tarr se remonta a 1988: firmó los guiones de varias películas, entre ellas El caballo de Turín. Esa complicidad creativa ha proyectado su universo narrativo a la pantalla con una coherencia poco frecuente.

La recepción internacional es amplia: su obra circula con sellos como Magvető en Budapest, New Directions en Estados Unidos o Gallimard en Francia, además de Acantilado en España. Traducido a más de cuarenta idiomas, cuenta con mediadores clave como George Szirtes u Ottilie Mulzet.

En el ámbito hispánico, Adan Kovacsics ha sido su gran traductor y lector cómplice: destaca una prosa clásica que dialoga con Don Quijote o Dostoievski, sin perder los rasgos propios de una voz que explora hasta el límite la percepción y la memoria.

El propio Krasznahorkai ha contado episodios de su juventud nómada, como su paso por Nueva York en los noventa y la convivencia con Allen Ginsberg, en una etapa de lecturas voraces y choque de ideales con la realidad posterior al comunismo.

Autor premiado con el Nobel de Literatura

El lugar del premio y el año literario

El anuncio llegó en la tradicional rueda de prensa del jueves en Estocolmo y consagra al segundo laureado húngaro en la categoría. El monto económico se fija en 11 millones de coronas, acompañados de medalla y diploma, como dicta el protocolo de la Fundación Nobel.

La anterior ganadora fue Han Kang, una decisión que reforzó la presencia asiática y la voz femenina, y que recordó casos polémicos como el de Bob Dylan. En la última década se ha observado un mayor equilibrio de género, aunque el palmarés sigue señalando una hegemonía occidental en el cómputo histórico.

El jurado encargado este año estuvo presidido por Anders Olsson y formado, entre otros, por Ellen Mattson, Anne Swärd, Steve Sem-Sandberg, Anna-Karin Palm y Mats Malm. Además del enfoque centroeuropeo, subrayaron la influencia oriental en la obra galardonada.

Desde 1901 se han distinguido a más de 120 autores, con 18 mujeres en la lista y un puñado de ediciones compartidas, y figuras como Mario Vargas Llosa. Este año también se cumplen ocho décadas del Nobel a Gabriela Mistral, hito para la literatura en español.

Entre los nombres que sonaban estaban Haruki Murakami, Can Xue, Gerald Murnane, Amitav Ghosh o Cristina Rivera Garza, pero la Academia optó por la singularidad estética y la fuerza imaginativa de Krasznahorkai.

Ceremonia del Nobel de Literatura

La elección de Krasznahorkai confirma que hay espacio para la literatura lenta en el circuito más exigente: una obra que desmenuza el colapso social, indaga en la belleza como resistencia y convierte la experiencia de lectura en una travesía hipnótica por las grietas de nuestro tiempo.

Bob Dylan
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