Ante Alan Moore estamos ante uno de los creadores de comics más famosos y aclamados por la crítica de todos los tiempos. Si decimos que tiene en su haber a Watchmen, V for Vendetta o Killing Joke, podemos conocer rápidamente de quién estamos hablando al pronunciar su nombre y apellido, todo un gran artista.
La semana pasada, en una conferencia celebrada en Londres para presentar su último trabajo creativo, Jerusalem, Moore anunció que solamente le quedaban por escribir 250 páginas para dejar definitivamente el mundo de los comics e iniciar su periplo en otros proyectos a través de otros medios.
Moore terminará Cinema Purgatorio y lo que sería un nuevo libro, League of Extraordinary Gentlemen, para dar acabado su pasar por los comics, ese medio que le ha llevado al estrellato y permanecer en la historia de este medio creativo que tantas historias ha proporcionado en estos años pasados.
La razón para ello ha sido que se encuentra demasiado cómodo en el medio y esto lo único que va a conseguir que sus historias sufran, algo que no quiere ni él mismo ni sus seguidores. Una sabia razón para dedicarse a otro formato como serán películas, donde se encuentra como un renacuajo en el que todo le parece nuevo. Un desafío que le proporcionará nuevas ganas por crear, aunque se aleje de esos comics que le han procurado tanto.
Fue con DC Comics donde Alan Moore transitó en los 80 para quedarse «enamorado» de los propietarios de Batman. Un autor al que le hubiera gustado que su nombre hubiera sido borrado de todo el trabajo del que ya no tiene propiedad, lo que incluiría a Watchmen y V for Vendetta, también propiedad de DC Comics.
Estamos ante una de las voces críticas con el trato que le está dando Hollywood a los comics (y contra los editores) y confirmó en esa rueda de prensa que Jerusalem, su nuevo trabajo, no será adaptado a una película al menos que el forme activa del proyecto.